La rata topo desnuda es un roedor de sangre fría y caliente, con una “reina” como las abejas, que se convierte en una “planta” ante la falta de oxígeno y que prácticamente es inmune al cáncer.
Podemos contemplarlos en la zona que recrea la vida subterránea de la Sabana, con la nueva camada mamando de su progenitora.
Viernes, 18 de septiembre de 2020.- La rata topo desnuda o ratopín rasurado (Heterocephalus glaber) es un roedor de existencia exclusivamente subterránea que vive en el subsuelo de las zonas áridas del denominado “Cuerno de África” (Somalia, Etiopía, Eritrea y Yibuti). La penumbra permanente en que vive ha motivado una peculiar anatomía reduciendo el tamaño de sus ojos y su capacidad visual. Sus patas son muy cortas y les permite moverse con rapidez en los túneles, tanto adelante como atrás. La cabeza es desproporcionada, con pequeñísimos ojos y orejas. Resaltan los grandes y peculiares incisivos móviles que se separan y desplazan de forma independiente y que utilizan para excavar la dura tierra y crear un complejo sistema de túneles que pueden llegar a medir varios kilómetros de longitud. La piel carece de pelo y de panículo adiposo y cuelga como un pellejo sonrosado sobre el cuerpo fusiforme y cabezón. En BIOPARC podemos verlas en la zona que recrea la vida subterránea de la Sabana y, desde hace unos días, contemplar a la nueva camada mamando de su progenitora.
Su biología y comportamiento convierte a estos animales en “extraterrestres”. Son los únicos mamíferos con un comportamiento eusocial, rasgo característico de los insectos coloniales como abejas u hormigas. Crean colonias, realizan una organizada división del trabajo y del cuidado cooperativo de crías, sólo existe una hembra reproductora, la “reina”, y de uno a tres machos reproductores o “zánganos”. El resto de los individuos se dividen entre “soldados” y “obreros”. El resto de hembras son estériles y una parte de ellas ingiere los excrementos de la reina, que son ricos en la hormona sexual estradiol, lo que les activa estar en modo de “crianza” y ejercer de cuidadoras de los hijos de la reina.
Están perfectamente adaptados a la vida hipogea (bajo tierra) y dependiendo del nivel de oxígeno pasan de homeotermo (sangre “caliente” como el resto de mamíferos) a poiquilotermo (sangre “fría” como los reptiles). Su resistencia a la ausencia de oxígeno llega hasta los 18 minutos y puede estar 5 horas con niveles bajos de oxígeno. Ello es debido a que este roedor cambia su metabolismo a anaerobio y utiliza como energía la fructosa, tal como hacen las plantas, en lugar de la glucosa. También son conocidas por su longevidad extraordinariamente superior a otros roedores, hasta 30 años, y la baja presencia de tumores gracias a un gen especial, el p16, que impide el crecimiento desordenado de las células.
BIOPARC Valencia, una vez más, da a conocer la impresionante biodiversidad de nuestro planeta, con especies absolutamente sorprendentes que muestran la capacidad de adaptación. Todas ellas necesarias para mantener el equilibrio de la existencia de vida en la Tierra y que es nuestra responsabilidad conocer y proteger. Un ocio “con causa” que nos hace reflexionar sobre la necesidad de cuidar el medioambiente. Y para poder hacerlo cuantas veces queramos a lo largo de todo un año, BIOPARC nos ofrece su pase B! o pase anual por un precio muy razonable. Por ejemplo, para las familias o amigos, la mejor opción es el Pase Manada con un precio desde 26,6€+1 el infantil y el general de 35€+1.
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