El parque de naturaleza y animales Terra Natura Benidorm ha acogido el nacimiento de seis crías de zorro volador (Pteropus lylei), una especie que actualmente se encuentra en estado vulnerable debido a las amenazas que sufren sus poblaciones en los ecosistemas salvajes. Las crías han pesado al nacer cerca de 50 gramos y apenas miden unos ocho centímetros.
El equipo de expertos del complejo ha alertado de la amenaza de supervivencia que sufre esta especie. Las poblaciones de zorros voladores han disminuido considerablemente durante los últimos años debido a la caza directa, la deforestación y la degradación progresiva que generan los cultivos de palma de aceite para la industria. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, esta especie ha registrado un descenso del 30% durante los últimos 15 años.
Los cuidadores de Terra Natura Benidorm, en estos momentos, mantienen una vigilancia exhaustiva de la madre y de sus crías para asegurarse de que todos los ejemplares se encuentran en un estado de salud óptimo y adecuado. A las hembras con crías, se les refuerza su dieta a través de un mayor aporte de vitaminas en los néctares que ingieren con el objetivo fundamental de que sean capaces de afrontar mejor la etapa de crianza.
Las crías permanecerán bajo vigilancia de las madres hasta los tres meses, momento en el que empezarán previsiblemente a volar. Al principio, la relación entre madre y cría es de dependencia total. La cría se cuelga de su madre y no se suelta nunca de ella. La madre se desplaza trepando por los árboles e incluso vuela con las crías a cuestas, mientras su tamaño lo permita. Cuando cumplan el mes, las crías serán identificadas mediante un microchip, serán sexadas y se volverá a revisar su estado de salud.
Actualmente, Terra Natura Benidorm acoge a 49 ejemplares de esta especie. Los zorros voladores pertenecen al taxón de los murciélagos y están considerados como los más grandes que existen en el planeta. En algunas especies pueden alcanzar incluso hasta los dos metros de envergadura alar. El nombre que reciben se lo deben a su cara que se asemeja a la de un pequeño zorro.
A diferencia de otras especies de murciélagos, los zorros voladores se alimentan únicamente de fruta y néctar. Su sentido de orientación se fundamenta en la vista y no en la ecolocalización.
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