El grupo de teros de Terra Natura Benidorm aumenta con el nacimiento de dos nuevos polluelos

 El grupo de teros (Vanellus chilensis) del parque de naturaleza y animales Terra Natura Benidorm ha aumentado con el nacimiento de dos nuevos polluelos. Se trata de la cuarta vez que una pareja de esta especie consigue reproducirse en las instalaciones del complejo benidormense. La cría de esta especie y su supervivencia suele ser bastante difícil y compleja, tal y como han aclarado los expertos de este centro, dedicado a la conservación de la biodiversidad.

La especie llegó al parque, por primera vez, en el año 2017. Desde entonces, su grupo se ha incrementado con la incorporación de seis ejemplares, tres machos y tres hembras en 2018, y más tarde con el nacimiento de distintos polluelos. En concreto, una pareja de teros tuvo al primer polluelo en 2018, en 2021 lograron tener a otro polluelo y este año han tenido a dos nuevos polluelos, que se han adaptado perfectamente al entorno.

Trascurridas las primeras semanas desde el nacimiento, las crías de teros ya disponen del mismo plumaje y de un tamaño similar al de los adultos. Los ejemplares adultos se muestran muy agresivos contra cualquier amenaza cuando cuidan a sus huevos o a los polluelos, que incluso se dedican a cuidar en parejas o en tríos. El sistema de defensa consiste en que un adulto se mantiene en alerta desde el suelo y el otro vuela en la dirección, donde se detecta la posible amenaza para atacar con los espolones de sus alas hasta que le ahuyenta.

Cuando hace calor o se encuentra atemorizado repliega completamente sus patas, aunque lo más frecuente es verle descansando sobre una de sus patas mientras la otra queda pegada al cuerpo. Esta ave emite una vocalización estridente y vibrante. El tero es un ave zancuda pequeña, que suele medir entre 30 y 36 centímetros de largo. Se le puede observar acompañado de alguna pareja o en pequeñas bandadas, tanto en zonas cerca del agua como en pastizales secos.

Las patas del tero son largas y finas, de color rojo. Los jóvenes se diferencian de los adultos principalmente debido a la ausencia de rojo alrededor del ojo y a una menor cantidad de tonalidades y bandas de colores en las plumas, además de poseer una mancha ubicada sobre el pico de un color plomo o negruzco manchado, en vez de negra como en el caso de los adultos. Las diferencias entre macho y hembra no son detectables a simple vista, aunque las hembras son un poco más pequeñas que los machos.

Estas aves se alimentan fundamentalmente de invertebrados, como insectos, y vertebrados pequeños como lagartijas. Para cazar hacen una pequeña carrera de dos o tres pasos, se detienen y lanzan un picotazo hacia adelante. Otra técnica que utilizan es revolver la tierra con sus patas para poder sentir las lombrices debajo de ella, que luego extraen con el pico. También incluye en su dieta la ingesta de semillas. Se trata de un ave que no está especialmente amenazada.