El parque de animales valenciano es un verdadero refugio climático y ha instalado sensores en diferentes puntos del recorrido para demostrar el papel imprescindible de la frondosa vegetación para regular la temperatura y ofrecer el necesario bienestar a las personas en las ciudades. Durante la última ola de calor y tomando de referencia la temperatura máxima diaria, la sensación térmica es sensiblemente más agradable.
Visitantes en la sabana de BIOPARC Valencia observando a los elefantes |
Valencia, 20 de agosto de 2024.- La sorpresa que muchas personas muestran durante el verano respecto a la satisfactoria impresión de “mucho menos calor” cuando visitan BIOPARC ya tiene una respuesta empírica. El concepto científico es “sensación térmica”, cada vez más frecuente en la información meteorológica, y si en invierno se define con las variables temperatura y viento, en verano el factor determinante es el porcentaje de humedad. En este sentido, aun todavía en una fase primaria, se han estado recogiendo estos datos (temperatura y humedad) en diferentes puntos del parque y el resultado ha sido realmente convincente y muy positivo, pues durante la última ola de calor de la pasada semana las cifras apuntan a más de -5ºC de sensación térmica al compararlo con el núcleo turístico del centro de Valencia.
En concreto se ha estado analizando la sensación térmica en el momento de la máxima temperatura de la jornada y se han confrontado los números de la estación Micalet de AVAMET (Asociación Valenciana de Meteorología) con los de los distintos dispositivos de BIOPARC, situados en áreas al aire libre y de paso de público del Bulevar central (teatro del lago de elefantes y restaurante Ndoki con juego infantil) y del recorrido hacia selvas ecuatoriales. Al principio de mes se recogieron cifras de más de -7ºC en la zona de la cueva de Kitum, que alberga la única visión subacuática de España de los hipopótamos y desde donde también se puede contemplar la manada de elefantes con las crías Malik y Makena. Y ya centrados en plena canícula de San Lorenzo alrededor del 10 de agosto, cuando la sensación térmica en Micalet era de 38,5ºC, en BIOPARC era extraordinariamente más favorable en el camino hacia los miradores de los chimpancés, con 33,4ºC. A esto habría que añadir el frescor de las numerosas cascadas y cursos de agua junto a los caminos y la brisa frecuente por la ubicación en pleno antiguo cauce del Turia que hacen todavía más agradable la estancia en el parque.
Es necesario poner en valor estos datos que demuestran el acierto del planteamiento de los BIOPARC como ámbitos de recreación de la naturaleza salvaje en la ciudad. Además de acercar los bellos paisajes indómitos para sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de proteger el medio ambiente y de la participación en 100 programas internacionales de conservación de especies en peligro de extinción, los BIOPARC son auténticos refugios climáticos. El diseño acorde a las nuevas tendencias de ecología urbana que tratan de re-naturalizar incorporando una combinación de espacios verdes y azules aportan importantes beneficios a la población. Las frondosas masas arbóreas y de vegetación no solo mitigan el calor, sino que son fundamentales para combatir el cambio climático y regenerar la calidad del aire, al absorber grandes cantidades de CO2 y el acceso de las personas a estas áreas verdes se está relacionando con mejorar la salud física y mental.
BIOPARC Valencia está considerado uno de los mejores parques de animales del mundo y ofrece ahora en verano un viaje por los hábitats africanos más emblemáticos como la sabana, los bosques ecuatoriales, los humedales o la isla de Madagascar, donde contemplar a más de 6.000 animales de 150 especies distintas. Y, asimismo, es un lugar para reconectar con la naturaleza y un centro de “ocio con causa” comprometido con la protección de la biodiversidad de nuestro planeta.
Comentarios
Publicar un comentario